Montevideo es una ciudad hermosa, con su larga costa sobre el Río de la Plata. Los mejores barrios tienen playas de arenas blancas y aguas “color león”. No tiene pretensiones, pero está llena de cultura y de historia (tan unida a la de Argentina y Brasil) y vale la pena conocerla.
Primer día
9:00 am – Desayuno completo en La Farmacia CaféLos dueños de este lugar tuvieron el
buen tino de dejar intactas las paredes, cubiertas con los armarios de una
antigua farmacia que aún contienen frascos de vidrio etiquetados. En el
mostrador, un frasco que dice “Escamas Naftalina” contiene unas tentadoras cookies.
Puede pedir un delicioso Capuchino Frappé acompañado por salado o dulce, pero
la carrot cake es especialmente deliciosa.
Aquí nació la ciudad. Vaya al
Mercado del Puerto, inaugurado en 1868, y observe las preparaciones del asado,
la comida típica por excelencia, distintos cortes de carne, chorizos, morcillas
y coloridos pinchos con morrones, cebollas y tomates.
Eche un vistazo por fuera al edificio de la Aduana, con algunos elementos Art Déco, un estilo que tienen bastantes edificios en Montevideo. Camine por la peatonal Pérez Castellano y doble a la izquierda por la calle Washington para llegar a la Plaza Zabala, de reminiscencias parisinas, ubicada donde hasta fines del siglo XIX se encontraba la Casa del Gobernador, el corazón de la ciudad colonial. La implantación del monumento a Zabala, el fundador, es muy posterior al diseño de la plaza. Entre la diversidad de fachadas que la rodea, son de destacar las del siglo XIX: la exresidencia de la familia Shaw-Sáenz de Zumarán y la de Montevideo Waterworks Company, actual sede del Scotiabank, así como la del Palacio Taranco. En este último, hoy Museo de Artes Decorativas, puede sorprenderse con el estilo de vida de las antiguas familias patricias de Montevideo.
11:30 am – Plaza Matriz, Edificio Ferrando, Museo Torres García
Camine por la peatonal Sarandí y
deténgase unos momentos en la Plaza Matriz, con sus plátanos y su hermosa
fuente. Si quiere puede entrar a la Catedral o, enfrente, al Cabildo. En la
peatonal encontrará numerosos comercios, tiendas de souvenirs y galerías de
arte. Continúe un par de cuadras y deténgase en el edificio de la vieja Óptica
Ferrando. Allí funciona hoy la librería Puro Verso. Es una de las pocas
construcciones Art Nouveau de Montevideo y es una grata experiencia darle una
ojeada.
A pocos pasos se encuentra el Museo
Torres-García, un icónico pintor uruguayo formado en Barcelona y Nueva York,
que fundó un taller en Montevideo y marcó uno de los principales movimientos
artísticos del país. En la tienda del museo puede comprar lindos recuerdos para
llevar de regalo.
Estrecho es un restaurante sin
mesas. Se come en la barra mientras mira el trajín de la cocina. Parece no
tener pretensiones, pero los platos están cuidados al detalle con las mejores
materias primas. Aquí puede probar desde la mejor carne uruguaya hasta un
pescado sashimi ikejime, acompañados de los mejores vinos. También los postres
son una epifanía. La carta no es extensa y varía con las estaciones del año y
la oferta de ingredientes. Reserve con anticipación al +598 29156107 porque se
llena.
2:00 pm – Una travesura, una buena foto, Palacio Salvo y Palacio Estévez.
Después puede acercarse a la Plaza
Independencia, pasar por la Puerta de la Ciudadela —sí, hasta aquí llegaban las
murallas— y hacer una travesura: entre al hotel Radisson y suba al restaurante
Arcadia, en el piso 25. Disfrute una de las mejores vistas de Montevideo.
De regreso a la plaza y, si está
abierto el Mausoleo de Artigas —nuestro héroe nacional—, puede sacar una muy
buena foto: al subir las escaleras a la salida, se refleja en el granito de la
pared el Palacio Salvo, un edificio emblemático, pariente del Palacio Barolo de
Buenos Aires. En los pórticos del Salvo hay un pequeño museo del tango, llamado
La Cumparsita.
Mire la Torre Ejecutiva, finalizada
en 2009 después de casi 50 años, por si ve entrar o salir al presidente. El
edificio histórico de la Presidencia es el Palacio Estévez, justo enfrente al
Radisson. Es un museo y se puede visitar.
Si le interesa, hay visitas guiadas
a esta hora en el Teatro Solís, el más antiguo de Montevideo, de martes a
sábados.
Puede volver a la Plaza Matriz
porque, a pocos pasos sobre la calle Rincón está el museo temático de La
Tragedia de los Andes (no pierda tiempo porque cierra a las 5). Y el Centro
Cultural de España que siempre tiene actividades interesantes y, de por sí,
vale la pena visitar: es un reciclaje estupendo de un edificio antiguo.
Para la pausa de la tarde vaya al
Café Brasilero, en Ituzaingó entre Rincón y 25 de Mayo. Es un bar histórico de
la Ciudad Vieja (1877) y puede tomar un rico café o una cerveza bien fría.
7:00 pm – Cinemateca
Vaya a ver una buena película en
Cinemateca, una institución de más de 70 años en Uruguay con una sede de tres excelentes
salas y cafetería inaugurada en 2018 y un archivo fílmico que es patrimonio
histórico nacional.
En la esquina de la peatonal Sarandí
y Alzáibar, se encuentra este local propiedad de la chef Lucía Soria. Su cocina
es perfeccionista y refinada, con una muy cuidada visualidad de los platos. Se
trata de un menú con influencias italianas y españolas. La selección de vinos
es excelente.
Segundo
día
9:00 am – Desayuno en The Lab Coffee
Roasters
En uno de los barrios más lindos de
Montevideo, en la esquina de las calles Zorrilla de San Martín y Tabaré, hay
una de las cinco sucursales de estos especialistas en café. Es una hermosa casa
de dos pisos con mesitas también en el jardín, para disfrutar de los días de
verano.
Vaya a la rambla costanera a
caminar. Si se quiere una buena playa, las mejores son Pocitos o Playa Honda.
Todas las playas tienen guardavidas y en Pocitos hay paradores.
La rambla es una institución para
los montevideanos. En invierno y en verano hay ciclistas, corredores y
caminantes, gente de todas las edades que pasea con niños o sin ellos o se
sienta tranquilamente en el murito o en un banco a tomar mate o a leer un
libro.
1:00 pm – Almuerzo en HTQ (Hoy Te Quiero)
En la esquina de Jaime Zudáñez y Luis
de la Torre. Tiene mesitas en la vereda y también es una casa de dos pisos.
Aunque prefiera sentarse en la vereda, entre a la casa y suba a la planta alta
para ver el vitral de la claraboya.
La comida es exquisita, tanto los
platos como los postres, y también las aguas saborizadas y licuados de frutas y
hortalizas. Aproveche el plato del día, aunque todo es fresco, rico y bien
presentado.
Vuelva a Punta Carretas. Muy cerca
de donde desayunó, vaya al Museo Zorrilla. Fue la casa de veraneo de Juan Zorrilla
de San Martín, considerado “el poeta de la patria” por sus poemas épicos Tabaré
y La leyenda patria, padre del escultor José Luis Zorrilla de San Martín y
abuelo de la actriz China Zorrilla. El estilo andaluz, profuso en azulejos, es
precioso y el jardín es frondoso y grande. Imagínese que hace apenas 100 años
el barrio estaba compuesto por casas así. La austeridad contrasta con la
suntuosidad del Palacio Taranco que visitó ayer.
¿No tiene compras que hacer? Este es
el momento. Está a 3 cuadras del Shopping, construido sobre la antigua cárcel
de Punta Carretas, aunque nada la recuerda. Tiene las mejores tiendas de lo que
sea que quiera comprar.
También aquí puede pasear por la
rambla o por el Club de Golf, que tiene convenios de reciprocidad con otros
clubes de muchos países. Los domingos está abierto al público, pero si pide
para entrar cualquier otro día lo van a recibir muy bien. Puede tomar una
clase, si nunca jugó al golf, o disfrutar del parque, la sombra de los árboles
y la vista.
Vaya el Museo Nacional de Artes
Visuales del Parque Rodó. Tiene una exposición permanente de pintores uruguayos
y exposiciones visitantes de diferentes países. También se puede disfrutar de
un agradable jardín con una buena cafetería.
También puede pasear por el Parque
Rodó.
La Perdiz es un restaurante
tradicional a pasos del Sheraton y del Shopping de Punta Carretas. La cocina es
internacional, con un menú muy amplio y exquisito de platos y vinos y el
ambiente es muy agradable. Puede comer pastas o carnes y quedará siempre
satisfecho.
Este barrio se ha transformado en “Soho” en los últimos años. Si no está muy cansado y quiere ver el ambiente de la movida montevideana, con cervezas artesanales, pizzas o tapas, puede ir a cualquier boliche de este barrio. Si quiere una recomendación: vaya a Fundamento (Joaquín de Salterain 1441).

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